Museo Nacional del Prado en Madrid presenta la exposición "
Maestros de papel. Libros para dibujar siglos XVII-XIX".
Los libros de dibujo aparecieron por primera vez en Italia en los primeros años del siglo XVII y se extendieron rápidamente por toda Europa. Su aspecto innovador fue el uso de impresiones como un medio para compilar varios modelos que permitieron a los alumnos y estudiantes aprender a dibujar sin la presencia directa y el control de un maestro. El cuerpo humano se convirtió en el tema principal de estudio, y para lograr el máximo grado de corrección, se desarrolló un método que lo dividió en varios elementos diferentes. Esto permitió a los estudiantes pasar de lo particular a lo general, de lo simple a lo complejo y del esquema al volumen.
Los libros para dibujar comenzaron con partes de la cara, los ojos, la boca y la nariz, luego pasaron a los brazos, las piernas y los pies, y terminaron con el estudio de figuras completas. Esta nueva herramienta educativa revolucionó por completo el sistema de enseñanza del dibujo y se convirtió en un recurso importante e influyente capaz de transmitir el método y los prototipos específicos, así como el estilo especial de algunos artistas.